Monkey Dust es el nombre común de una droga sintética psicoactiva cuyo principio activo suele ser la metilendioxipirovalerona (MDPV), aunque también puede hacer referencia a mezclas que contienen otras catinonas sintéticas. Pertenece a la misma familia química que la alfa-PVP (catinonas sintéticas) y actúa como un potente estimulante del sistema nervioso central.
Su uso no está aprobado para el consumo humano, pero ha sido detectada en contextos de consumo problemático debido a su bajo precio y a la intensidad de sus efectos.
En entornos callejeros o informales, Monkey Dust también puede recibir otros nombres dependiendo del país o la región. Algunos de los más comunes: polvo loco, cannibal dust (polvo caníbal), zombie drug (droga zombie), MDPV (por sus siglas técnicas). También polvito, fuerte o cristal, cuando se busca disfrazar su verdadera identidad.
Presentación y formas de consumo
Monkey Dust suele encontrarse en forma de:
Polvo cristalino blanco o beige, a veces con un ligero tono rosado o marrón.
En ocasiones, se presenta como gránulos o cristales finos, parecidos al azúcar glas.
También puede encontrarse en cápsulas, pastillas o mezclado con otras sustancias, lo que aumenta su riesgo debido a la falta de pureza o composición desconocida.
La forma más común y conocida es el polvo suelto, vendido en bolsitas o envoltorios pequeños, muchas veces sin etiquetado o con nombres genéricos y engañosos.
Formas de consumo
Monkey Dust puede ser consumida por diferentes vías, dependiendo del entorno, los recursos disponibles y la experiencia del consumidor. Las más habituales son:
Inhalación o esnifado (vía intranasal): el polvo se inhala por la nariz.
Ingesta oral: se toma en cápsulas, pastillas o disuelta en bebida.
Fumada (en pipa o mezclada con tabaco o cannabis)
Inyección (intravenosa o intramuscular)
Inicio y duración de los efectos
Los efectos de Monkey Dust varían según la vía de consumo, la dosis y la tolerancia de la persona. También dependen de la composición exacta de la sustancia, que muchas veces es desconocida o adulterada.
Inicio de los efectos
Inhalación o fumada: entre 15 segundos y 5 minutos. Muy rápido, con un «subidón» intenso y brusco.
Ingesta oral: entre 20 y 60 minutos. Más lento, pero con efectos más prolongados.
Inyección: menos de 1 minuto. Máxima intensidad y mayor riesgo de efectos adversos graves.
Esnifado: entre 5 y 15 minutos. Rápido, pero algo menos intenso que fumado o inyectado.
Duración de los efectos
Efectos principales
De 2 a 4 horas, aunque pueden sentirse hasta 6 horas en algunos casos.
Incluyen euforia, hiperactividad, aumento de la energía, paranoia, alucinaciones y conductas erráticas.
Efectos residuales o secundarios
De 8 a 24 horas o más.
Incluyen insomnio, ansiedad, confusión, paranoia persistente y agotamiento físico y mental.
En casos de consumo repetido o prolongado (por ejemplo, durante varios días sin dormir), puede derivar en una psicosis tóxica con síntomas similares a los de la esquizofrenia, difícil de revertir sin intervención médica.
Efectos deseados y efectos adversos
Los efectos que algunas personas buscan al consumir esta sustancia, especialmente en contextos recreativos o de evasión son:
- Euforia intensa
- Aumento de la energía y del estado de alerta
- Sensación de poder o invulnerabilidad
- Estimulación mental (hiperactividad, verborrea)
- Reducción momentánea del cansancio o del sueño
- Aumento de la libido (en algunos casos)
Estos efectos suelen ser breves y están seguidos por un descenso abrupto del estado de ánimo o síntomas negativos si se repite el consumo.
Efectos adversos
Los efectos adversos pueden aparecer incluso con una sola dosis, y su intensidad varía según la persona, la vía de administración y la pureza de la sustancia. Son especialmente frecuentes en contextos de consumo problemático o repetido.
A nivel psicológico
- Paranoia extrema
- Alucinaciones visuales y auditivas
- Delirios (ideas persecutorias o megalomanía)
- Ansiedad aguda y ataques de pánico
- Irritabilidad y agitación
- Psicosis tóxica (con pérdida del juicio de la realidad)
- Conductas agresivas o violentas
- Insomnio severo
A nivel físico
- Aumento del ritmo cardíaco (taquicardia)
- Hipertensión
- Sudoración excesiva
- Temblores y espasmos musculares
- Dificultades respiratorias
- Náuseas y vómitos
- Riesgo de convulsiones
- Posible hipertermia (aumento peligroso de la temperatura corporal)
A largo plazo (con uso repetido o crónico)
- Daño cerebral (alteraciones cognitivas, pérdida de memoria)
- Depresión, ansiedad crónica
- Conductas compulsivas
- Aislamiento social
- Riesgo elevado de dependencia psicológica
- Deterioro físico general, especialmente en personas en situación de vulnerabilidad
Riesgos de la sobredosis
La monkey Dust es una droga sintética altamente peligrosa. Una sobredosis puede causar psicosis, hiperactividad extrema, fallos orgánicos e incluso la muerte. Sus efectos son impredecibles y potencialmente mortales.
Principales riesgos de la sobredosis
Estimulación extrema del sistema nervioso central
- Alucinaciones paranoides intensas.
- Episodios de psicosis aguda.
- Agitación y agresividad severas (incluso violencia descontrolada).
Desregulación grave de la temperatura corporal
Hipertermia (fiebre alta), que puede causar fallos orgánicos si no se trata a tiempo.
Deshidratación y rabdomiólisis
La hiperactividad extrema puede llevar a deshidratación y rabdomiólisis (descomposición del tejido muscular), lo que puede causar fallo renal agudo.
Alteraciones cardiovasculares
- Taquicardia
- Hipertensión severa.
- Riesgo de infarto o accidente cerebrovascular (ACV).
Coma o muerte
En casos graves de sobredosis, el colapso del sistema nervioso o cardíaco puede causar la muerte.
Adicción rápida y síndrome de abstinencia
El consumo repetido puede generar una dependencia severa en poco tiempo, con síntomas de abstinencia intensos.
Señales de una posible sobredosis
- Agitación extrema o comportamiento psicótico.
- Convulsiones
- Respiración acelerada o irregular.
- Pérdida de conciencia.
- Fiebre muy alta, piel caliente y seca.
- Sudoración excesiva y confusión.
Ante una sobredosis
- Llamar a emergencias de inmediato, teléfono 112
- No dejar sola a la persona.
- No intentar restringirla físicamente (sujetar con fuerza, inmovilizar o forcejear) si está agitada: puede ser peligroso para ambos.
- Si pierde el conocimiento, colocarla en posición lateral de seguridad.
- Informar al personal sanitario sobre el consumo de Monkey Dust u otras sustancias.
Efectos en las relaciones sexuales
El consumo de monkey Dust puede alterar profundamente la vivencia de la sexualidad. Aunque al principio puede generar sensaciones placenteras o estimulantes, sus efectos son impredecibles y pueden derivar en riesgos importantes tanto a corto como a largo plazo.
Efectos iniciales
- Aumento de la libido y el deseo sexual
- Incremento de la energía y la resistencia
- Mayor confianza y desinhibición
- Intensificación de las sensaciones físicas
Riesgos y efectos negativos
- Desinhibición extrema que puede llevar a comportamientos sexuales de riesgo
- Dificultad para mantener la erección en hombres
- Problemas de lubricación en mujeres
- Dificultad para alcanzar el orgasmo
- Comportamiento errático e impredecible durante el acto sexual
- Aumento del riesgo de contraer o transmitir ITS debido a la toma de decisiones impulsivas
- Posibilidad de episodios violentos o agresivos durante las relaciones
Consecuencias a largo plazo
- Disminución del deseo sexual con el uso prolongado
- Dificultades para disfrutar del sexo sin la droga
- Problemas de salud mental que afectan las relaciones íntimas
- Deterioro de la función sexual general
Riesgos en las relaciones sexuales
El uso de Monkey Dust (MDPV) en contextos sexuales puede implicar riesgos significativos, tanto físicos como emocionales. Esta droga, un potente estimulante sintético, puede alterar el juicio, el comportamiento y la percepción del riesgo.
Mayores prácticas de riesgo
La disminución de las inhibiciones y el deterioro del juicio bajo los efectos de la Monkey Dust pueden llevar a conductas sexuales de alto riesgo. Esto incluye sexo sin protección o prácticas sexuales violentas o no consentidas.
Mayor riesgo de ITS y VIH
El uso de Monkey Dust está asociado con un aumento en la probabilidad de contraer infecciones de transmisión sexual, como el VIH, sífilis, gonorrea, clamidia, entre otras. Esto se debe, en parte, al descuido del uso de protección y a la impulsividad generada por la droga.
Inyección de drogas (slam o slamming)
En ciertos contextos de chemsex, el uso de Monkey Dust puede incluir su administración por vía inyectada (slamming), lo que multiplica los riesgos de transmisión de VIH y hepatitis si se comparten agujas u otros materiales de inyección.
Problemas sexuales y disfunción eréctil
Aunque la Monkey Dust puede aumentar el deseo sexual de forma intensa, también puede causar problemas para mantener la erección o alcanzar el orgasmo. Esta contradicción, a veces llamada “erección química”, puede generar frustración y llevar al uso de potenciadores sexuales como Viagra o Cialis, lo que aumenta el riesgo de complicaciones cardiovasculares, especialmente cuando se combina con estimulantes.
Dependencia y uso compulsivo
El uso repetido de Monkey Dust en contextos sexuales puede llevar a una fuerte dependencia psicológica. Las personas pueden empezar a asociar el sexo exclusivamente con el consumo de la droga, lo que hace difícil mantener una vida sexual satisfactoria sin ella. Esto puede derivar en ciclos de consumo compulsivo y aislamiento.
Interacción con otras drogas y fármacos
El consumo de Monkey Dust junto a otras sustancias puede potenciar los riesgos físicos y psicológicos de forma grave e imprevisible.
Con estimulantes (como cocaína, anfetaminas o MDMA):
- Aumenta el riesgo de infarto, ictus, hipertermia y agitación extrema.
- Puede provocar estados de psicosis o paranoia severa.
Con depresores (alcohol, benzodiacepinas, GHB):
- Oculta los signos de alerta del cuerpo, aumentando el riesgo de sobredosis.
- Mayor posibilidad de pérdida de conciencia, colapso respiratorio o coma.
Con antidepresivos o antipsicóticos
- Riesgo de interacciones graves, como síndrome serotoninérgico.
- Puede anular o agravar el efecto de los tratamientos psiquiátricos.
Policonsumo en general
- Multiplica la imprevisibilidad de los efectos y dificulta la intervención médica.
- Aumenta la probabilidad de conductas de riesgo y daño físico o psicológico severo.
Interacción con antirretrovirales (ARV) para tratar el VIH
El consumo de Monkey Dust puede interferir con la efectividad de los tratamientos antirretrovirales para el VIH debido a posibles interacciones en el metabolismo hepático.
Riesgos metabólicos y farmacocinéticos
Metabolismo hepático
Los ARV, especialmente los inhibidores de la proteasa (IP) y los inhibidores no nucleósidos de la transcriptasa inversa (INNTI), se metabolizan principalmente a través del citocromo P450 (CYP3A4).
Monkey Dust también se metaboliza por esta vía, lo que podría generar:
Competencia enzimática: reducción de la eficacia de los ARV o aumento de su toxicidad por acumulación.
Alteración de niveles plasmáticos: riesgo de fallo terapéutico o efectos adversos graves (p. ej., hepatotoxicidad).
Inducción/inhibición enzimática
Monkey Dust actúa como inductor enzimático, aceleraría el metabolismo de los ARV, disminuyendo su concentración y eficacia.
Si actúa como inhibidor, aumentaría la concentración de ARV, elevando el riesgo de toxicidad.
Riesgos clínicos documentados
Efectos cardiovasculares
Los ARV como los IP están asociados a dislipidemia y riesgo cardiovascular.
Monkey Dust causa taquicardia, hipertensión y arritmias, lo que podría exacerbar estos efectos, aumentando el riesgo de infarto o ictus.
Toxicidad hepática y renal
Ambos (ARV y Monkey Dust) ejercen estrés hepático y renal. La combinación podría acelerar daños orgánicos, especialmente en pacientes con coinfección por hepatitis.
Impacto en el sistema nervioso central
Los ARV como el efavirenz pueden causar efectos neuropsiquiátricos (ansiedad, insomnio).
Monkey Dust induce agitación, paranoia y psicosis, potenciando estos síntomas y reduciendo la adherencia al tratamiento.
Inmunosupresión indirecta
El consumo crónico de Monkey Dust debilita el sistema inmunitario, lo que podría contrarrestar los beneficios de los ARV en la recuperación de los linfocitos CD4.
Consideraciones prácticas
Adherencia al tratamiento
El uso de Monkey Dust se asocia a comportamientos impulsivos, lo que aumenta el riesgo de olvidar dosis de ARV o abandonar el tratamiento.
Recomendaciones para reducir los riesgos
Aunque el uso de Monkey Dust conlleva riesgos significativos, si decides consumirlo, es importante tomar precauciones para reducir los daños potenciales. Aquí hay algunas recomendaciones clave:
Dosificación y consumo
- Usa dosis pequeñas: El Monkey Dust es extremadamente potente, y una sobredosis puede ocurrir con tan solo 3-5 mg.
- Evita mezclar con otras sustancias: La combinación con alcohol u otras drogas aumenta significativamente los riesgos.
- Establece límites de tiempo y cantidad: Determina de antemano cuánto vas a consumir y por cuánto tiempo.
Entorno y seguridad
- Consume en un ambiente seguro y con personas de confianza.
- Informa a alguien sobre tu consumo para que pueda ayudarte en caso de emergencia.
- Ten a mano el número de emergencias y no dudes en llamar si experimentas efectos adversos graves.
Cuidado personal
- Mantente hidratado y come regularmente.
- Descansa lo suficiente y escucha a tu cuerpo cuando necesite parar.
- Practica sexo seguro: Usa preservativos y considera la PrEP si estás en riesgo de VIH.
Salud mental y física
- Presta atención a tu estado mental: Si experimentas paranoia o ansiedad extrema, busca ayuda.
- Realiza chequeos médicos regulares, especialmente de función cardíaca y renal.
- Hazte pruebas de ITS regularmente si participas en prácticas de chemsex.
Reducción progresiva
- Si decides dejar el consumo, considera buscar apoyo profesional para manejar la abstinencia y prevenir recaídas.
- Explora alternativas para manejar el estrés y la ansiedad, como la terapia o grupos de apoyo.