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La gonorrea es una de las infecciones de transmisión sexual (ITS) más antiguas conocidas por el ser humano. Se han encontrado referencias a esta enfermedad que datan de miles de años atrás.

Aunque es una infección asintomática en la mayoría de los casos, se trata y cura fácilmente, pero en la actualidad existe preocupación debido a la aparición de cepas de gonorrea multirresistentes, lo que dificulta su tratamiento.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que en todo el mundo se producen aproximadamente 87 millones de nuevos casos de gonorrea cada año.

Los contenidos de este sitio web se publicaron en mayo de 2023. La información que reflejan puede haber sufrido cambios o quedar desactualizada. Si tienes alguna duda, contáctanos.

¿Qué es la gonorrea?

Es una infección de transmisión sexual (ITS) causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae.

La gonorrea ya aparece en textos médicos de la antigua Grecia y Roma, pero no sería hasta el año 1879 cuando el médico alemán Albert Neisseren descubriría la bacteria que causa la infección.

El término ‘gonorrea’ se deriva del latín ‘gonorrhaea’, que a su vez tiene su origen en el griego ‘gonórrhoia’, una combinación de las palabras griegas ‘gonos’ (esperma) y ‘rhêo’ (fluir) en referencia al flujo que puede manifestarse como síntoma de la infección cuando afecta la uretra.

Existen otros términos para referirse a esta infección: gonococia o infección causada por el gonococo.

¿Cómo se transmite la gonorrea?

La gonorrea se puede transmitir a través de las secreciones genitales (de la vagina o la uretra), así como de las secreciones de las mucosas faríngeas y anorrectales, por cualquier persona infectada, independientemente de si presenta síntomas de infección o no.

Las prácticas sexuales por las que se puede transmitir la gonorrea, haya o no eyaculación, son:

Penetración vaginal o anal sin protección
Prácticas de sexo oral (felación, cunnilingus y anilingus) sin protección
Fisting y fingering sin protección
Compartir juguetes sexuales.

Las personas embarazadas que tienen gonorrea pueden transmitir la infección al bebe durante el parto.

¿Qué síntomas tienen las personas con gonorrea?

Con frecuencia, los síntomas surgen aproximadamente entre 2 y 7 días después de la exposición a la bacteria, aunque en algunos casos pueden manifestarse más tarde. Muchas personas con gonorrea no presentan síntomas.

Según la zona en la que se produce la infección:

Genitales femeninos: flujo vaginal anormal, dolor en el bajo vientre, sangrado durante la penetración, dolor o escozor al orinar, manchado entre períodos menstruales. Estos síntomas solo aparecen en un 20 %-30 % de las infecciones, en el resto de los casos la infección no genera ningún tipo de síntoma.

Genitales masculinos: dolor o ardor al orinar, secreción anormal del pene y dolor o hinchazón en uno o ambos testículos. Estos síntomas se producen solo en la mitad de los casos de infección por gonorrea.

Zona anorrectal: secreción anormal, escozor y dolor al defecar (en ocasiones con sangrado). En la mayoría de los casos la infección es asintomática.

Garganta: puede causar sequedad o dolor, tos, dificultad para tragar y, poco común, secreción. En la mayoría de los casos la infección es asintomática.

Los síntomas de la gonorrea también pueden confundirse con los de otras infecciones de transmisión sexual o problemas de salud. Por ello, se recomienda buscar atención médica especializada en ITS para obtener un diagnóstico y tratamiento correctos.

¿Cómo se diagnostica la gonorrea?

La gonorrea suele detectarse mediante un análisis de orina o mediante la toma de muestras en el ano, la uretra o la garganta con un hisopo.

¿Se puede tratar y curar la gonorrea?

Sí, la gonorrea es una infección que se puede tratar y curar con antibióticos. El tratamiento de la gonorrea, generalmente, implica tomar una dosis única de antibiótico inyectado o en comprimido oral.

El tratamiento también puede ayudar a aliviar los síntomas de la infección, aunque algunas personas pueden experimentar síntomas persistentes durante algún tiempo después del tratamiento.

El tratamiento no inmuniza frente a futuras infecciones.

¿Cómo evoluciona la gonorrea si no se trata?

Sin tratamiento, en algunos casos, muy pocos, se puede producir una autocuración.

En el resto de los casos, si no se trata, la infección puede provocar:

Enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), una inflamación en la pelvis que puede dañar los órganos reproductivos femeninos, y puede causar dolor pélvico crónico, infertilidad y otros problemas de salud.

La gonorrea también puede aumentar el riesgo de embarazo ectópico, un embarazo que ocurre fuera del útero y que puede ser potencialmente mortal.

Además, puede causar epididimitis (inflamación dolorosa del epidídimo, que es el canal que conecta los testículos con los conductos deferentes) y prostatitis, lo que puede causar inflamación y dolor en la zona genital.

La gonorrea también puede causar artritis gonocócica, cuando la bacteria de la gonorrea se propaga desde el sitio de la infección original a las articulaciones y gonococemia diseminada, cuando la gonorrea se propaga a través del torrente sanguíneo y afecta a otros órganos del cuerpo.

¿Cómo se puede prevenir la gonorrea?

El riesgo de infección se puede reducir de manera significativa al emplear preservativos u otros métodos de barrera que impidan el paso de secreciones infecciosas durante el sexo vaginal, anal y oral.

En caso de utilizar juguetes sexuales, es recomendable colocar un nuevo preservativo en cada uno de ellos antes de su uso con cada persona y práctica sexual (vaginal, anal u oral).

Es aconsejable lavarse las manos después de manipular preservativos usados, juguetes sexuales o después de mantener relaciones sexuales.

¿Qué relación existe entre la gonorrea y el VIH?

Las personas con gonorrea pueden tener un mayor riesgo de contraer el VIH si se exponen al virus.

La razón detrás de esto es que la gonorrea causa inflamación y daño en los tejidos genitales y anales, lo que aumenta la vulnerabilidad a otras infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH. Además, el VIH y la gonorrea comparten los mismos factores de riesgo, como tener múltiples parejas sexuales, compartir agujas para inyectarse drogas y tener relaciones sexuales sin protección.

Si se tiene gonorrea, es importante descartar la posibilidad de haber contraído otras ITS y el VIH.

¿Cómo puede afectar la gonorrea a una persona con VIH?

Aunque la gonorrea puede afectar a cualquier persona, aquellas que viven con VIH (PVIH) pueden experimentar infecciones más persistentes y con mayor riesgo de complicaciones. Un sistema inmunitario debilitado puede dificultar la eliminación de la bacteria, aumentando la probabilidad de infecciones recurrentes y de complicaciones en la salud sexual y reproductiva.

Principales puntos de relación

1. Mayor riesgo de infecciones persistentes y recurrentes

En personas con VIH, la gonorrea puede ser más difícil de eliminar y puede durar más tiempo si no se trata adecuadamente. Además, una infección no detectada o mal tratada puede favorecer la inflamación crónica y aumentar el riesgo de otras infecciones de transmisión sexual (ITS), incluyendo la clamidia o el Mycoplasma genitalium.

2. Mayor vulnerabilidad a complicaciones

En mujeres con VIH, la gonorrea no tratada puede aumentar el riesgo de enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), lo que puede derivar en infertilidad, dolor pélvico crónico y embarazos ectópicos.

En hombres con VIH, la infección puede provocar epididimitis (inflamación del epidídimo), uretritis crónica o incluso afectar la fertilidad.

Tanto en hombres como en mujeres, la gonorrea puede causar artritis reactiva, una enfermedad inflamatoria que afecta a las articulaciones y que es más frecuente en personas con sistemas inmunitarios debilitados.

3. Aumento del riesgo de transmisión del VIH

Las ITS como la gonorrea pueden aumentar la carga viral en los fluidos genitales y rectales, lo que incrementa el riesgo de transmisión del VIH a las parejas sexuales. Esto se debe a que la inflamación causada por la infección facilita la entrada del VIH en el organismo.

Si una persona con VIH tiene carga viral indetectable, el riesgo de transmisión del VIH sigue siendo extremadamente bajo, incluso en caso de coinfección con gonorrea. Sin embargo, dado que la gonorrea puede facilitar la adquisición del VIH en personas no tratadas o con niveles bajos de virus detectables, es fundamental realizar controles periódicos, tratar cualquier ITS a tiempo y seguir usando medidas de prevención combinada (preservativos, PrEP, chequeos regulares, etc.).

4. Coinfección con sífilis y otras ITS

Las personas con VIH tienen un mayor riesgo de coinfección con otras ITS, especialmente sífilis y clamidia. La gonorrea suele diagnosticarse junto con estas infecciones, lo que puede complicar el tratamiento y aumentar el riesgo de complicaciones.

5. Posibles resistencias a antibióticos

La gonorrea ha desarrollado resistencia a múltiples antibióticos, lo que ha dificultado su tratamiento en los últimos años. En personas con VIH, el tratamiento puede requerir un seguimiento más estricto para asegurar su efectividad.

Además, la gonorrea faríngea ha demostrado ser particularmente resistente a ciertos antibióticos, lo que la convierte en un foco de preocupación para el control de la infección a nivel global.

6. Impacto en la progresión del VIH

Aunque el VIH se controla con tratamiento antirretroviral (TAR), algunas infecciones como la gonorrea pueden causar inflamación sistémica. En ciertos casos, esto podría afectar la respuesta inmunitaria y aumentar la carga viral en personas que no están en tratamiento o tienen un control deficiente del VIH.

En resumen

Las personas con VIH tienen un mayor riesgo de sufrir infecciones persistentes y recurrentes por gonorrea. Esto puede derivar en complicaciones graves como enfermedad inflamatoria pélvica en mujeres o epididimitis en hombres. Además, la inflamación que provoca la gonorrea aumenta el riesgo de transmisión del VIH, lo que la convierte en una ITS especialmente relevante en este grupo.

El aumento de las resistencias a antibióticos hace que el tratamiento de la gonorrea sea más desafiante, especialmente en personas con VIH. Por ello, un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado son esenciales para prevenir complicaciones y reducir el impacto en la salud.

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