La clamidia es una de las infecciones de transmisión sexual (ITS) más comunes en todo el mundo. Los últimos datos facilitados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) estiman que cada año se producen alrededor de 131 millones de nuevas infecciones por clamidia a nivel mundial.
Aproximadamente el 70-80 % de las personas infectadas con clamidia no presentan síntomas evidentes.
La información médica puede cambiar rápido. Si tienes dudas después de leer esta guía, te recomendamos hablar con una persona especialista o que nos contactes.
¿Qué es la clamidia?
Es una infección de transmisión sexual (ITS) causada por la bacteria Chlamydia trachomatis.
La clamidia fue descubierta en 1907 por el médico alemán Stanislaus von Prowazek y su colega polaco Fritz Schaudinn, quienes la identificaron en tejidos infectados en un estudio sobre la tricomoniasis.
El origen etimológico de ‘clamidia’ se remonta al vocablo griego khlamys, el cual se traduce como ‘capa’ o ‘manto’. Este término fue escogido debido a la manera en que la bacteria invade las células humanas, ya que se introduce en ellas y se protege con una envoltura que la permite evitar el sistema inmunológico de la persona.
La infección también se conoce como clamidiasis.
¿Cómo se transmite la clamidia?
La clamidia se puede transmitir a través de las secreciones genitales (de la vagina o la uretra), así como de las secreciones de las mucosas faríngeas y anorrectales, por cualquier persona infectada, independientemente de si presenta síntomas de infección o no.
Las prácticas sexuales por las que se puede transmitir la clamidia, haya o no eyaculación, son:
- Penetración vaginal o anal sin protección
- Prácticas de sexo oral (felación, cunnilingus y anilingus) sin protección
- Fisting y fingering sin protección
- Compartir juguetes sexuales.
Las personas embarazadas que tienen clamidia pueden transmitir la infección al bebe durante el parto.
¿Qué síntomas tienen las personas con clamidia?
Muchas personas con clamidia no presentan síntomas. Cuando se presentan síntomas, generalmente aparecen entre 2 y 14 días después de la exposición a la bacteria, aunque en algunos casos pueden tardar más en manifestarse.
Los síntomas más frecuentes incluyen:
- Personas con vulva: flujo vaginal anormal, dolor en el bajo vientre, sangrado durante la penetración, dolor o escozor al orinar, manchado entre períodos menstruales. Estos síntomas solo aparecen en un 20%-30% de las infecciones, en el resto de los casos la infección no genera ningún tipo de síntoma.
- Personas con pene: dolor o ardor al orinar, secreción anormal del pene y dolor o hinchazón en uno o ambos testículos. Estos síntomas se producen solo en la mitad de los casos de infección por clamidia.
- Zona anorrectal: secreción anormal, escozor y dolor al defecar (en ocasiones con sangrado). En la mayoría de los casos la infección es asintomática.
- Garganta: puede causar sequedad o dolor, tos, dificultad para tragar y, poco común, secreción. En la mayoría de los casos la infección es asintomática.
Los síntomas de la clamidia también pueden confundirse con los de otras infecciones de transmisión sexual o problemas de salud. Por ello, se recomienda buscar atención médica especializada en ITS para obtener un diagnóstico y tratamiento correctos.
¿Cómo se diagnostica la clamidia?
La clamidia se diagnostica mediante análisis de muestras de fluidos corporales. Los métodos más comunes incluyen:
- Análisis de orina: se pide una muestra de orina para buscar signos de la bacteria Chlamydia trachomatis.
- Muestra de fluidos vaginales o uretrales: se toma una muestra de la zona genital (vagina en personas con vulva o uretra en personas con pene) para analizarla en busca de la bacteria.
- Examen de garganta o ano: si la persona ha tenido contacto sexual en estas áreas, también se puede tomar una muestra de la garganta o el ano para comprobar la infección.
Los resultados de las pruebas generalmente se obtienen en pocos días, y en muchos casos, el diagnóstico se puede hacer de manera sencilla, sin necesidad de una prueba invasiva.
Si se tienen síntomas o se ha tenido relaciones sexuales sin protección con alguien que pueda tener clamidia, es importante hacerse la prueba.
¿Se puede tratar y curar la clamidia?
Sí, la clamidia es una infección que se puede tratar y curar con antibióticos. El tratamiento de la clamidia, generalmente, implica tomar antibiótico durante 7 días en la mayoría de los casos.
El tratamiento también puede ayudar a aliviar los síntomas de la infección, aunque algunas personas pueden experimentar síntomas persistentes durante algún tiempo después del tratamiento.
Informar a las personas con las que se ha tenido relaciones sexuales antes del diagnóstico permite que se hagan la prueba y, si es necesario, reciban tratamiento, esto, además, ayuda a prevenir la transmisión de la infección.
Es importante seguir las indicaciones médicas, completar todo el tratamiento y evitar tener relaciones sexuales hasta que se confirme que la infección ha desaparecido, ya que, si no se trata correctamente, la infección puede persistir o reaparecer.
El tratamiento no ofrece protección ni inmunidad contra infecciones futuras.
¿Cómo evoluciona la clamidia si no se trata?
En casos muy raros, la clamidia puede resolverse por sí sola sin tratamiento. Sin embargo, en la mayoría de los casos, si no se trata, la infección puede causar complicaciones graves como:
- Enfermedad inflamatoria pélvica (EIP): una inflamación en la pelvis que puede dañar los órganos reproductivos, provocando dolor pélvico crónico, infertilidad y otros problemas de salud.
- Embarazo ectópico: la clamidia aumenta el riesgo de embarazo ectópico, que ocurre fuera del útero y puede ser potencialmente mortal.
- Epididimitis: puede causar inflamación dolorosa del epidídimo (el conducto que conecta los testículos con los conductos deferentes), así como prostatitis, que provoca dolor e inflamación en la zona genital.
- Artritis reactiva: la clamidia también puede desencadenar una forma de artritis caracterizada por la inflamación de las articulaciones, los ojos y los genitales.
En resumen, aunque en casos muy raros la clamidia puede desaparecer por sí sola, lo más común es que, si no se trata, cause complicaciones graves como dolor crónico, infertilidad, embarazo ectópico o problemas en los genitales. Por eso, es importante hacerse la prueba y tratarla a tiempo.
¿Cómo se puede prevenir la clamidia?
El riesgo de infección se puede reducir de manera significativa implementando diversas medidas, como:
- Uso correcto del preservativo: utilizar condones de látex o poliuretano en las relaciones sexuales, tanto vaginales como anales y orales, reduce significativamente el riesgo de contraer clamidia y otras infecciones de transmisión sexual (ITS).
- Además del preservativo, se pueden utilizar barreras bucales como el dental dam. El dental dam es una lámina delgada y flexible de látex o poliuretano que se coloca sobre la zona genital o anal durante el sexo oral para prevenir la transmisión de ITS, incluida la clamidia. Si no se dispone de un dental dam, se puede usar un condón cortado, que funciona de manera similar, o una película de látex o poliuretano (disponible en algunas tiendas o como material médico). También se puede emplear una película plástica o envoltorio de plástico, aunque esta opción no es tan segura ni efectiva como las anteriores.
- Evitar compartir juguetes sexuales sin la limpieza adecuada: si se usan juguetes sexuales, deben limpiarse correctamente entre un uso y otro, y si se comparten, es importante usar preservativos sobre ellos.
- Comunicarse con la pareja: hablar abiertamente sobre el historial sexual, las pruebas de ITS y las prácticas sexuales que se desean realizar puede ayudar a tomar decisiones informadas sobre la protección adecuada. Esto permite acordar las mejores medidas para reducir el riesgo de infección y asegurarse de que las personas se sientan cómodas y seguras.
- Es recomendable lavarse bien las manos después de manipular preservativos usados, juguetes sexuales o tras mantener relaciones sexuales. Esto ayuda a eliminar cualquier bacteria o fluido corporal que pueda haber quedado en las manos, reduciendo el riesgo ITS y otras infecciones. Además, es importante asegurarse de lavar las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos, especialmente si se ha tocado el área genital o anal, para garantizar una higiene adecuada.
- Realizarse pruebas regularmente: especialmente si se tienen relaciones sexuales sin protección o con múltiples parejas. Las pruebas periódicas permiten detectar la infección a tiempo, tratarla antes de que cause complicaciones y romper la cadena de transmisión.
En resumen, la prevención de la clamidia requiere una combinación de medidas, como el uso adecuado de preservativos y barreras bucales, la higiene correcta, la limpieza de juguetes sexuales, la comunicación con la pareja y la realización de pruebas periódicas. Adoptar estas prácticas de forma constante ayuda a reducir significativamente el riesgo de infección y a prevenir su transmisión.
¿Cómo funciona la DoxyPEP para prevenir la clamidia?
La DoxyPEP (profilaxis posterior a la exposición con doxiciclina) es un tratamiento preventivo con antibióticos que se toma después de una posible exposición al riesgo de contraer clamidia, como una relación sexual sin protección.
El tratamiento consiste generalmente en una dosis única de 200 mg de doxiciclina, que debe tomarse dentro de las 24 a 72 horas posteriores a la exposición. La doxiciclina actúa eliminando la bacteria Chlamydia trachomatis antes de que se propague en el cuerpo y cause una infección.
La DoxyPEP es especialmente recomendada para personas en riesgo alto de ITS, como hombres que tienen sexo con hombres (HSH) y personas con múltiples parejas sexuales.
La DoxyPEP es efectiva para prevenir clamidia y gonorrea, pero no protege contra el VIH ni otras ITS.
Para acceder a la DoxyPEP, se recomienda consultar a un especialista que evalúe si es necesario el tratamiento y proporcione la receta, ya que no debe usarse sin la supervisión médica adecuada.
¿Las personas con clamidia tienen mayor riesgo de contraer el VIH?
Sí, las personas con clamidia pueden tener un mayor riesgo de contraer el VIH. Esto se debe a varios factores:
1. Inflamación y daño en las mucosas
La clamidia puede causar inflamación en los genitales, el ano o la garganta, lo que puede llevar a la aparición de pequeñas fisuras o heridas en los tejidos. Estas lesiones pueden facilitar la entrada del VIH al organismo en caso de exposición al virus.
2. Aumento de células diana para el VIH
La respuesta inflamatoria a la infección por clamidia atrae células inmunitarias como los macrófagos y linfocitos CD4, que son las principales células que el VIH infecta. Esto crea un ambiente propicio para la transmisión del VIH.
3. Asociación con otras infecciones de transmisión sexual (ITS)
La clamidia suele coexistir con otras ITS, como la gonorrea o la sífilis. Tener múltiples ITS aumenta el riesgo de contraer el VIH, ya que la combinación de inflamación y lesiones facilita la transmisión del virus.
4. Mayor riesgo en hombres que tienen sexo con hombres (HSH)
La infección por clamidia rectal es común en HSH y puede causar proctitis (inflamación del recto), lo que incrementa el riesgo de adquirir el VIH durante las relaciones sexuales sin protección, especialmente en prácticas anales receptivas.
5. Infección asintomática y transmisión inadvertida
Muchas personas con clamidia no presentan síntomas y, por lo tanto, pueden transmitir la infección sin saberlo. La falta de tratamiento oportuno prolonga la inflamación y el riesgo de exposición al VIH.
Prevención
Para reducir el riesgo de contraer el VIH en personas con clamidia, es importante:
- Realizarse pruebas regulares para detectar clamidia, otras ITS y VIH.
- Recibir tratamiento con antibióticos lo antes posible en caso de infección.
- Usar preservativos para prevenir la transmisión de ITS.
- Considerar el uso de la PrEP (profilaxis preexposición) en personas con mayor riesgo de exposición al VIH.
En conclusión, la clamidia puede aumentar el riesgo de adquirir el VIH debido a la inflamación, las lesiones en las mucosas y la coexistencia con otras ITS. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado son claves para reducir este riesgo y proteger la salud sexual.
¿Cómo puede afectar la clamidia a una persona con VIH?
Aunque la clamidia puede afectar a cualquier persona, las que viven con VIH (PVIH) pueden experimentar infecciones más persistentes y con mayor riesgo de complicaciones. Un sistema inmunitario debilitado puede dificultar la eliminación de la bacteria, aumentando el riesgo de infecciones recurrentes y de complicaciones en el aparato reproductor y la salud en general.
Principales puntos de relación
1. Mayor riesgo de infecciones persistentes y recurrentes
En personas con VIH, la clamidia puede ser más difícil de eliminar y puede durar más tiempo si no se trata adecuadamente. Además, una infección no detectada o mal tratada puede favorecer la inflamación crónica y aumentar el riesgo de otras infecciones de transmisión sexual (ITS), incluyendo la gonorrea o el Mycoplasma genitalium.
2. Mayor vulnerabilidad a complicaciones
En personas con VIH y útero, la clamidia no tratada puede aumentar el riesgo de enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), que puede derivar en infertilidad, dolor pélvico crónico y embarazos ectópicos.
En personas con epidídimo, puede provocar epididimitis (inflamación del epidídimo), uretritis crónica o afectar la fertilidad.
En PVIH, la clamidia puede causar artritis reactiva, una inflamación articular más frecuente en personas inmunodeprimidas.
3. Aumento del riesgo de transmisión del VIH
En personas que ya tienen VIH, una coinfección con clamidia puede aumentar la carga viral en los fluidos genitales y rectales, lo que incrementa el riesgo de transmisión a sus parejas sexuales.
Si una persona con VIH tiene carga viral indetectable, el riesgo de transmisión del VIH sigue siendo extremadamente bajo, incluso en caso de coinfección con clamidia. Sin embargo, dado que la clamidia puede facilitar la adquisición del VIH en personas no tratadas o con niveles bajos de virus detectables, es fundamental realizar controles periódicos, tratar cualquier ITS a tiempo y seguir usando medidas de prevención combinada (preservativos, PrEP para parejas serodiscordantes, chequeos regulares, etc.).
4. Posibles resistencias a antibióticos
Si bien la clamidia aún responde a los antibióticos habituales, en algunos casos se ha observado una menor eficacia de ciertos tratamientos en personas con coinfecciones o sistemas inmunitarios debilitados. Esto hace que el tratamiento pueda ser más complejo o requerir un seguimiento más estricto.
En resumen
Las personas con VIH tienen un mayor riesgo de sufrir infecciones persistentes y recurrentes por clamidia, lo que puede derivar en complicaciones graves como enfermedad inflamatoria pélvica o la epididimitis. Además, la inflamación que provoca la clamidia aumenta el riesgo de transmisión del VIH, lo que la convierte en una ITS especialmente relevante en este grupo. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado son esenciales para prevenir complicaciones y reducir el impacto en la salud.